sábado, 6 de agosto de 2011

Os 4 muíños


Después de una temporada sin mucho tiempo y ahora que disfruto de unos días de tiempo libre subo unas fotografías de los 4 molinos a los que antaño movían sus maquinarias las aguas del arroyo Portonovo. Molinos de los que salió la harina que alimentó a nuestros padres, abuelos y demás antepasados hace ya muchos años y que hoy desgraciadamente se están perdiendo en lo más hondo del bosque sin que nadie haga nada por remediarlo.

Personalmente aún hoy en día añoro aquellas papas de maiz o las filloas que me hacía mi abuela Manuela, cuando con mi abuelo Angel en unas ocasiones o mi tío Antonio en otras, volvíamos ya anochecido de recoger la harina de los granos que habíamos dejado moliendo durante la tarde y con la que me preparaba tan suculentos platos, sin olvidar el pan o las tortas que cocíamos en casa con la harina recién molida, produciendo un pan moreno con sabor a lo natural que hoy en día es imposible de encontrar.

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En primer lugar por su margen izquierdo y siguiendo el curso del río nos encontramos el de Velouris, al cual me resultó imposible acceder por el camino que antiguamente conducía a el, teniendo que hacerlo por las orillas del cauce del río y no sin esfuerzo.

Como se ve en la foto superior la maleza está acabando con los accesos y aunque no lo parezca, el molino está detrás, eso si cubierto de una frondosa manta de hiedra.

Incluso el canal por el que se encauzaba el agua desde el que posteriormente caía provocando el movimiento de la muela, se encuentra prácticamente tapado.

¿Lo veis? Aunque no lo parezca está justo en el centro de la fotografía, en la siguiente foto se puede hacer uno a la idea de como está actualmente.




"Por suerte" en su parte delantera está aún algo despejado de maleza, todo ello me imagino debido a la espesura de los eucaliptos que hay plantados y que prácticamente no dejan crecer nada debajo de ellos, supongo que por la poca luz que dejan pasar entre sus copas. Aunque no lo parezca esta fotografía y la siguiente, están hechas a media mañana en un momento que lucia el sol y aún así tuve que hacer uso del flash para que salieran medianamente bien.






Como se puede ver en su interior aún tiene casi todas sus piezas.
El cajón o hucha en forma de pirámide invertida donde se depositaba el grano que iba a ser molido y que poco a poco iba cayendo por el orificio que tenía la muela (a moa), la piedra circular de granito que en la fotografía se ve más blanca y que está asentada sobre otra (mesa) tambien de granito pero de mucho más grosor y que permanecía en todo momento inmovil, mientras la superior iba girando movida por la fuerza del agua que golpeaba en la rueda con aspas que se ve en la izquierda de la foto, la cual se encontraba colocada debajo
del molino justo donde un caño o tubo expulsaba el agua fuertemente contra esta, transmitiendo su movimiento giratorio a la rueda superior (a moa ) a través de un eje metálico para que esta poco a poco fuera triturando el grano, el cual según el uso que se le fuera a dar podía salir más fino, como por ejemplo cuando se iba a usar para consumo humano, o más bien de grano grueso, cuando iba a ir destinado para uso animal, consiguiendo ese resultado final subiendo o bajando unas palancas las cuales hacían que entre la muela superior y la mesa inferior hubiese más o menos fricción.

En esta ultima foto del molino de Velouris vemos la parte inferior del mismo. Al fondo a la izquierda el caño por donde salía el agua a presión que hacía girar la rueda con aspas al golpear sobre esta, y en el centro el eje metálico que transmitía la fuerza a la muela superior.
Son ya unos 30 años los que debe llevar sin usarse y si nadie lo impide al igual que sus hermanos, terminarán llevándose las piedras para adornar algún jardín y con el tiempo caerán sus paredes muriendo en el olvido de los más profundo del bosque.

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A continuación muestro los tres restantes, los cuales se encuentran a la altura de Santiso, aunque dudo que fueran todos de uso exclusivo de esa aldea, pues muy próximo está Carballo Torto y me extraña que no tuvieran ninguno, aunque ese ultimo dato espero averiguarlo en breve.



Esta y las cinco siguientes fotografías pertenecen al mismo, situado en la margen derecha del río y muy próximo a la aldea de Santiso, a unos 200 metros aproximadamente.

Como se puede apreciar, se encuentra con el techo hundido y sin puerta, aguantando como puede el paso del tiempo por el, este si la memoria no me falla ha funcionado hasta hace unos 20 años.





En este molino aún se pueden ver los restos de la rueda de la parte baja que transmitía la fuerza a la muela, así como las palancas que la hacían subir o bajar para conseguir la textura deseada de la harina, pero en este caso le faltan las aspas pues la mayoría estaban hechas de madera, la cual mientras se mantenían en uso duraba muchos años, pero al abandonarse la humedad, la carcoma y el moho se las comen rápidamente.


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De este tercer molino solo pude sacar 2 fotos, pues por la parte de su entrada es tal la cantidad de maleza que tiene que hace imposible acceder a el. Está situado en el margen izquierdo, por lo que podría pertenecer a Carballo Torto, aunque también llama a error que por debajo del mismo y para cruzar el río, existe un viejo puente de madera hoy en día tapado por el musgo, sobre el que no me atrevería a poner ni un pie y que por la situación daría paso a las gentes de Santiso.


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Y a continuación el cuarto y ultimo también en el margen izquierdo, el cual creo tambien que ha estado funcionando hasta hace unos 20 años o incluso alguno menos pero no puedo confirmarlo. De este guardo gratos recuerdos, pues por la parte baja del mismo existe una fervenza donde de pequeños acudíamos muchos días a bañarnos en la pequeña poza que se forma debajo de la misma.
Está situado justamente antes de empezar las fuertes pendientes que conducen el río hacia la fraga en busca de su hermano mayor, el Mandeo y en cuyo recorrido existen dos fervenzas dignas de ver, pero eso queda para otra ocasión pues las fotos aún no están hechas, aunque no van a tardar mucho en tener la visita de mi cámara.

Como se puede apreciar, este ultimo parece que ha tenido la visita de alguien que se encaprichó de su piedra circular (a moa) y que gracias a su facil acceso por camino, lo elevado de este respecto al molino y posiblemente usando una pluma la cargó y hoy en día estará ejerciendo de mesa en algún jardín privado.


Espero que algún día alguien tome medidas con estas joyas del pasado y no se permita que mueran en el olvido, acordándose de que existieron y el uso que se les dio cuando ya no quede nada de ellos.

1 comentario:

  1. Hola Andres, se me està haciendo la boca agua al recordar las tortas de harina que haciamos cuando cociamos el pan en el horno y las filloas en la sarten o fiolleira, bueno tendremos que esperar a los carnavales para comer las filloas, ya sabes que es un postre tipico de carnavales,aunque yo las comeria todo el año.
    Estan genial los molinos, aunque yo solo conozco el de velouris.
    Un abrazo
    MARTA

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